Jordi Tardá, periodista y promotor musical, es uno de los grandes mitómanos españoles de los Rolling Stones. En 1976 trabajaba con el promotor Gay Mercader, que trajo por primera vez a la banda inglesa a España, ese mismo año. Ahí se inició un contacto que luego creció con el paso de los años y se convirtió en una relación especial con Keith Richards: "Surgió cuando les trajimos a Barcelona en aquel año. Le estaba esperando en el hotel Princesa Sofía. De repente llegó Richards en un taxi discutiendo con su novia de entonces, que era Anita Pallenberg. Estuvieron de bronca desde la recepción hasta la habitación. Richards y ella subieron por las escaleras y yo ayudé a Richards a subir el equipaje. Lo más bonito fue en 1982 cuando vinieron a Madrid. Yo me estaba recuperando de un cáncer linfático. Gay Mercader, que es el referente de los Stones de toda España, le contó a Richards lo de mi enfermedad. Y Keith dijo: 'Vamos a darle una alegría'. Y me invitaron a estar con ellos una semana alojado en su mismo hotel así como a ver el concierto de Madrid en el escenario. Cuando tocó el punteo de 'Times on my side', se puso a tres metros de mí y lo tocó como dedicándomelo. Años después Gay Mercader le comunicó que yo me había recuperado, y Richards dijo sonriendo: 'Todavía sé hacer milagros'. Aquello me dio a entender que la faceta humana de Keith está a una gran altura a pesar de ser un personaje conocido en todo el mundo".
Fuente: El Norte de Castilla