Anita Cochrane conoció a Paul McCartney un día mientras caminaba por una calle de Liverpool con un amigo en común. Con sólo 16 años se acostó con el músico y a los 17 se quedó embarazada, pero Paul no quiso saber nada de ella. Así lo recordaba la propia Anita: "Yo estaba segura de que el bebé era suyo y al no tener respuesta por su parte, mi madre y yo fuimos a ver al padre de Paul, quien fue realmente agradable. Él nos dio una taza de té y entonces dijo: "Paul dice que no te conoce. Eso es todo lo que puedo decirte". Me sentí muy herida y pensé: "¡Oh, el gran Paul no me conoce! Eso resume nuestra relación". Aunque Paul no admitió nunca conocer a Anita, en el Cavern Club multitud de personas recordaban y sabían bien la historia de amor que hubo entre ellos. "Ella era sólo una chica normal que fue al Cavern Club y se hizo amiga de Paul. Luego se quedó embarazada. Todos sabíamos que el padre era Paul", declaró un ex asistente de vestuario del Club. El 10 de febrero de 1964 en el Hospital Billinge cerca de Wigan, Philip Cochrane nació, mientras su padre, y el resto de los Beatles, estaba en su primera gira por los EE.UU.

Anita fue una de esas pocas afortunadas madres solteras de los años 60 cuya familia aceptó su decisión de quedarse con el niño y no darlo en adopción, pero aceptaron sólo con la condición de que consiguiera que Paul le diera dinero para criar al niño, ya que no había suficiente dinero para mantenerlo. Después de un flujo constante de cartas y telegramas sin respuesta a Paul McCartney, la familia de Anita visitó a un abogado en Liverpool, llamado DH Green, para tratar de obtener el apoyo financiero para la manutención del niño. El abogado resultó ser amigo de David Jacobs, amigo de Brian Epstein, manager de los Beatles. DH Green informó a su amigo que tanto Anita como su familia parecían bastante honestos y decentes y que no tenían intención de perjudicar la carrera de Paul. De hecho parece ser que la única preocupación de Anita era obtener el suficiente dinero de Paul para poder comprar un cochecito para su bebé. Tras muchas negociaciones, Brian Epstein le entregó a Anita 5.000 libras con las siguientes condiciones: que renunciara a cualquier reclamación posterior sobre la paternidad y que jamás dijera públicamente una palabra acerca de que Paul era el padre de su hijo. Sin embargo, su familia y sus amigos no entraron a formar parte del acuerdo y algunos de ellos decidieron tomar cartas en el asunto.

Cuando los Beatles regresaron a Liverpool para la premier de su película "A Hard Days Night" el 10 de julio de 1964, descubrieron que misteriosamente unos folletos, donde se acusaba a Paul de ser una mala persona por no apoyar a su hijo y unos largos poemas sobre el niño, se habían distribuido a los periódicos. "Mi nombre es Philip Cochrane, soy sólo un niño. A pesar de todos sus "te quiero", parece que Paul McCartney sólo amó a mi madre justo el tiempo suficiente para el pecado. Además de su lujuria, usó su dinero para acallar la verdad. Señor Paul McCartney, padre, usted hace llorar a mi madre". Anita gradualmente rehízo su vida de nuevo y en Enero de 1975 se casó con un peluquero llamado Christopher Howarth. La pareja compró una casa en un barrio de clase media en Liverpool, donde Philip creció junto con los dos hijos que tuvo la pareja. Philip tomó los apellidos de su nuevo padre y fue muy popular en la escuela "Crosby Road North Junior School and Manor High". Cuando Philip tenía ocho años, su madre le mostró el contrato que ella había firmado con Brian Epstein, donde se decía que ella no podía hacer ninguna afirmación o declaración sobre que Paul McCartney era su padre.

"Mi madre me enseñó algunas fotos de ella con los Beatles y me mostró el acuerdo legal. Fue escrito en un papel bastante grueso y recuerdo ver el nombre de Paul McCartney, el de Brian Epstein y el de mi madre. Tenía un gran sello estampado en la parte inferior de color rojo. Por otro lado, decía que ella nunca debería hablar sobre el contenido del acuerdo o que sería llevada ante los tribunales. Se trataba de una horrible realidad. Siempre he sabido que era mi padre. Recuerdo a mi abuelo apuntando a los Beatles en la tele y diciendo: "Este es tu papá". Cuando era un niño solía pensar que algún día me reuniría con él. Pensé ingenuamente que tal vez algún día sería un buen padre. Pero entonces vi el acuerdo y parecía que él no quería tener nada que ver conmigo". La visión del contrato causó un gran cambio en el joven Philip. Considerado hasta entonces un buen muchacho, empezó a rebelarse en las aulas y a hacer novillos. Cuando Philip cumplió los 19 años, un ex ejecutivo de NEMS llamado Peter Brown, publicó un libro sobre los Beatles, llamado "The Love You Make: An Insider's Story Of The Beatles", que contó la historia de Anita y su hijo. Entonces la prensa comenzó a perseguirlos y Philip, conmocionado, se sumó a la cultura de las drogas de Liverpool.

Se convirtió en un consumidor habitual de marihuana, LSD y heroína, hasta que entró en un centro de rehabilitación en el oeste de Londres, donde permaneció durante dos años y medio hasta que superó su adicción. "El hecho de que Paul fuera el padre de Philip sólo causó en nosotros problemas. Desde el principio la gente lo sabía. Siempre había fotógrafos que intentaban sacarle fotos en su cochecito. Luego, cuando tenía 19 y todo salió en los periódicos, empecé a recibir algunas cartas amenazantes de los fans de los Beatles. John Lennon había recibido un disparo sólo unos años antes y yo estaba preocupada por Philip, me preocupaba lo que le pudieran hacer y lo que él se estaba haciendo a sí mismo. Philip se hubiera sentido mejor si le hubiera dicho que Paul no era su padre". A mediados de 1990, cuando Philip tenía unos treinta años, decidió dejar atrás todo lo ajeno en Liverpool y comenzar una nueva vida en Londres. Allí trabajó como vendedor para dos empresas y se fue a vivir con una peluquera llamada Melanie Randall.

Después de haber sido barajada por la prensa continuamente desde que salió a la luz esta historia, Anita y su hijo decidieron que necesitaban que las cosas se resolvieran de una vez por todas. Después de 33 años de guardar silencio, según los términos del pago de las 5.000 libras que había recibido del manager de los Beatles, Anita finalmente concedió una entrevista al periódico Daily Mail para ayudar a su hijo a encontrar una prueba de que Paul era realmente su padre. También le enviaron una carta al Beatle pidiéndole que tomara parte en una prueba de ADN para confirmar, de una vez por todas, la paternidad. Pero pronto todo se olvidó cuando ninguna de las partes volvió hacer declaraciones sobre el tema en los periódicos. Parece ser que debieron llegar a algún tipo de acuerdo privado porque nunca más hubo declaraciones en los periódicos para confirmar o negar que Philip era hijo de Paul McCartney.

Anita fue una de esas pocas afortunadas madres solteras de los años 60 cuya familia aceptó su decisión de quedarse con el niño y no darlo en adopción, pero aceptaron sólo con la condición de que consiguiera que Paul le diera dinero para criar al niño, ya que no había suficiente dinero para mantenerlo. Después de un flujo constante de cartas y telegramas sin respuesta a Paul McCartney, la familia de Anita visitó a un abogado en Liverpool, llamado DH Green, para tratar de obtener el apoyo financiero para la manutención del niño. El abogado resultó ser amigo de David Jacobs, amigo de Brian Epstein, manager de los Beatles. DH Green informó a su amigo que tanto Anita como su familia parecían bastante honestos y decentes y que no tenían intención de perjudicar la carrera de Paul. De hecho parece ser que la única preocupación de Anita era obtener el suficiente dinero de Paul para poder comprar un cochecito para su bebé. Tras muchas negociaciones, Brian Epstein le entregó a Anita 5.000 libras con las siguientes condiciones: que renunciara a cualquier reclamación posterior sobre la paternidad y que jamás dijera públicamente una palabra acerca de que Paul era el padre de su hijo. Sin embargo, su familia y sus amigos no entraron a formar parte del acuerdo y algunos de ellos decidieron tomar cartas en el asunto.

Cuando los Beatles regresaron a Liverpool para la premier de su película "A Hard Days Night" el 10 de julio de 1964, descubrieron que misteriosamente unos folletos, donde se acusaba a Paul de ser una mala persona por no apoyar a su hijo y unos largos poemas sobre el niño, se habían distribuido a los periódicos. "Mi nombre es Philip Cochrane, soy sólo un niño. A pesar de todos sus "te quiero", parece que Paul McCartney sólo amó a mi madre justo el tiempo suficiente para el pecado. Además de su lujuria, usó su dinero para acallar la verdad. Señor Paul McCartney, padre, usted hace llorar a mi madre". Anita gradualmente rehízo su vida de nuevo y en Enero de 1975 se casó con un peluquero llamado Christopher Howarth. La pareja compró una casa en un barrio de clase media en Liverpool, donde Philip creció junto con los dos hijos que tuvo la pareja. Philip tomó los apellidos de su nuevo padre y fue muy popular en la escuela "Crosby Road North Junior School and Manor High". Cuando Philip tenía ocho años, su madre le mostró el contrato que ella había firmado con Brian Epstein, donde se decía que ella no podía hacer ninguna afirmación o declaración sobre que Paul McCartney era su padre.

"Mi madre me enseñó algunas fotos de ella con los Beatles y me mostró el acuerdo legal. Fue escrito en un papel bastante grueso y recuerdo ver el nombre de Paul McCartney, el de Brian Epstein y el de mi madre. Tenía un gran sello estampado en la parte inferior de color rojo. Por otro lado, decía que ella nunca debería hablar sobre el contenido del acuerdo o que sería llevada ante los tribunales. Se trataba de una horrible realidad. Siempre he sabido que era mi padre. Recuerdo a mi abuelo apuntando a los Beatles en la tele y diciendo: "Este es tu papá". Cuando era un niño solía pensar que algún día me reuniría con él. Pensé ingenuamente que tal vez algún día sería un buen padre. Pero entonces vi el acuerdo y parecía que él no quería tener nada que ver conmigo". La visión del contrato causó un gran cambio en el joven Philip. Considerado hasta entonces un buen muchacho, empezó a rebelarse en las aulas y a hacer novillos. Cuando Philip cumplió los 19 años, un ex ejecutivo de NEMS llamado Peter Brown, publicó un libro sobre los Beatles, llamado "The Love You Make: An Insider's Story Of The Beatles", que contó la historia de Anita y su hijo. Entonces la prensa comenzó a perseguirlos y Philip, conmocionado, se sumó a la cultura de las drogas de Liverpool.

Se convirtió en un consumidor habitual de marihuana, LSD y heroína, hasta que entró en un centro de rehabilitación en el oeste de Londres, donde permaneció durante dos años y medio hasta que superó su adicción. "El hecho de que Paul fuera el padre de Philip sólo causó en nosotros problemas. Desde el principio la gente lo sabía. Siempre había fotógrafos que intentaban sacarle fotos en su cochecito. Luego, cuando tenía 19 y todo salió en los periódicos, empecé a recibir algunas cartas amenazantes de los fans de los Beatles. John Lennon había recibido un disparo sólo unos años antes y yo estaba preocupada por Philip, me preocupaba lo que le pudieran hacer y lo que él se estaba haciendo a sí mismo. Philip se hubiera sentido mejor si le hubiera dicho que Paul no era su padre". A mediados de 1990, cuando Philip tenía unos treinta años, decidió dejar atrás todo lo ajeno en Liverpool y comenzar una nueva vida en Londres. Allí trabajó como vendedor para dos empresas y se fue a vivir con una peluquera llamada Melanie Randall.

Después de haber sido barajada por la prensa continuamente desde que salió a la luz esta historia, Anita y su hijo decidieron que necesitaban que las cosas se resolvieran de una vez por todas. Después de 33 años de guardar silencio, según los términos del pago de las 5.000 libras que había recibido del manager de los Beatles, Anita finalmente concedió una entrevista al periódico Daily Mail para ayudar a su hijo a encontrar una prueba de que Paul era realmente su padre. También le enviaron una carta al Beatle pidiéndole que tomara parte en una prueba de ADN para confirmar, de una vez por todas, la paternidad. Pero pronto todo se olvidó cuando ninguna de las partes volvió hacer declaraciones sobre el tema en los periódicos. Parece ser que debieron llegar a algún tipo de acuerdo privado porque nunca más hubo declaraciones en los periódicos para confirmar o negar que Philip era hijo de Paul McCartney.