En sus 32 años de vida Keith Moon, batería del grupo The Who, se acostó con numerosas groupies elegidas al azar. Annette Walter-Lax, una modelo sueca de los años 70, fue una de ellas. Se conocieron en el verano de 1974, cuando un fotógrafo le preguntó "si quería conocer a un batería de rock de verdad". Annette supuso que el encuentro sería por una sola noche y que no volvería a encontrarse con el músico nunca más. Sin embargo, se encontraron de nuevo, esta vez en una discoteca en la que Keith totalmente borracho estaba causando su habitual caos. Cuando vio a Annette corrió a darle la bienvenida, y poco tiempo después de ese encuentro comenzaron a vivir juntos. Él la obligó a renunciar a su carrera de modelo, al igual que hizo con su ex esposa, Kim Kerrigan. Para Annette fue una completa sorpresa descubrir que Keith era alcohólico y que en su vida cotidiana siempre había grandes cantidades de alcohol y destrucción. En 1975 la pareja se mudó a Los Ángeles, donde compraron una casa en Malibú. Pasaron tres tormentosos años antes de que regresaran a Inglaterra. Una vez en Londres, Keith comenzó a decir a todos sus amigos que pronto se casaría con Annette, pero nunca hubo un compromiso oficial. En su última noche vivo, Keith Moon acudió, como invitado de Paul McCartney, al preestreno de la película The Buddy Holly Story. Tras cenar con Paul y Linda McCartney, Keith y Annette dejaron la fiesta y regresaron al apartamento que el músico Harry Nilsson, amigo de Moon, les había prestado en Curzon Place, Londres.

Keith Moon falleció esa misma noche mientras dormía como consecuencia de una sobredosis de Clomethiazole, unos sedantes que le había recetado el doctor Geoffrey Dymond, quien no conocía la temeraria naturaleza impulsiva del músico, para ayudarle a dejar de consumir tanto alcohol. El doctor le había dado un frasco de 100 pastillas con la recomendación de que sólo tomara una pastilla cuando sintiera ganas de beber, pero nunca más de 3 por día. La policía determinó que Keith Moon había tomado 32 pastillas, 6 fueron suficientes para causar su muerte y las otras 26 restantes fueron encontradas sin disolver en su estómago. Annette Walter-Lax recordaba así aquella fatídica noche: "Lo que me sorprendió al despertarme fue que en la habitación había un silencio tremendo, como si no hubiera nadie. Normalmente, cuando una persona duerme, la oyes respirar, así que encendí la luz, fui a despertarle y no respiraba. Estaba muy frío, no tenía pulso, no reaccionaba, ¡estaba muerto! Llena de pánico y de confusión, telefoneé al doctor Dymond, y éste envió inmediatamente una ambulancia a nuestro apartamento, que tardó unos veinte minutos en llegar. Yo me negaba a creer que estuviera pasando una cosa así, intenté hacerle el boca a boca, le chillé, estaba totalmente histérica. Cuando el doctor Dymond llegó con la ambulancia, me sacaron del dormitorio y empezaron a practicarle técnicas de reanimación, descargas eléctricas, todo lo habitual en esos casos. Pero unos diez o doce minutos más tarde, el doctor salió del dormitorio y me dijo que ya no había nada que se pudiera hacer. Keith había muerto". Como curiosidad cabe destacar que Keith Moon murió en la misma cama en la que años antes también había fallecido Cass Elliot, cantante de The Mamas and The Papas. Tras la muerte de Moon, Harry Nilsson vendió el edificio a Pete Townshend, ya que llegó a pensar que ese lugar estaba maldito.
Inmortalizada en: la portada del álbum en solitario de Keith Moon, Two Sides Of the Moon, del año 1975.
Keith Moon falleció esa misma noche mientras dormía como consecuencia de una sobredosis de Clomethiazole, unos sedantes que le había recetado el doctor Geoffrey Dymond, quien no conocía la temeraria naturaleza impulsiva del músico, para ayudarle a dejar de consumir tanto alcohol. El doctor le había dado un frasco de 100 pastillas con la recomendación de que sólo tomara una pastilla cuando sintiera ganas de beber, pero nunca más de 3 por día. La policía determinó que Keith Moon había tomado 32 pastillas, 6 fueron suficientes para causar su muerte y las otras 26 restantes fueron encontradas sin disolver en su estómago. Annette Walter-Lax recordaba así aquella fatídica noche: "Lo que me sorprendió al despertarme fue que en la habitación había un silencio tremendo, como si no hubiera nadie. Normalmente, cuando una persona duerme, la oyes respirar, así que encendí la luz, fui a despertarle y no respiraba. Estaba muy frío, no tenía pulso, no reaccionaba, ¡estaba muerto! Llena de pánico y de confusión, telefoneé al doctor Dymond, y éste envió inmediatamente una ambulancia a nuestro apartamento, que tardó unos veinte minutos en llegar. Yo me negaba a creer que estuviera pasando una cosa así, intenté hacerle el boca a boca, le chillé, estaba totalmente histérica. Cuando el doctor Dymond llegó con la ambulancia, me sacaron del dormitorio y empezaron a practicarle técnicas de reanimación, descargas eléctricas, todo lo habitual en esos casos. Pero unos diez o doce minutos más tarde, el doctor salió del dormitorio y me dijo que ya no había nada que se pudiera hacer. Keith había muerto". Como curiosidad cabe destacar que Keith Moon murió en la misma cama en la que años antes también había fallecido Cass Elliot, cantante de The Mamas and The Papas. Tras la muerte de Moon, Harry Nilsson vendió el edificio a Pete Townshend, ya que llegó a pensar que ese lugar estaba maldito.
Inmortalizada en: la portada del álbum en solitario de Keith Moon, Two Sides Of the Moon, del año 1975.
Entrada reeditada (publicada originalmente el 1-11-2008).