
Su Alteza Real la Princesa Margarita de Inglaterra siendo muy joven se enamoró de Peter Townsend, un piloto de la aviación inglesa divorciado que le doblaba la edad, que amaba los caballos y las mujeres, y del que, al final, tuvo que separarse. Margarita sufrió todo tipo de presiones políticas, familiares y eclesiásticas para que no se casara con él y su romance conmovió al mundo porque ella escuchó la voz de su hermana Isabel, la reina de Inglaterra, por encima de la de su corazón. El casarse con un hombre divorciado hubiera implicado una renuncia a sus privilegios como princesa y Margarita decidió, finalmente, renunciar a su amor. Tras dos años de relación, Towsend fue enviado en misión diplomática a Bruselas, donde conoció a una dama belga que le alejó de su princesa. Sólo entonces, Margarita dijo adiós a su soldado. Pero la princesa Margarita, nacida para amar y ser amada, se volvió a enamorar. Esta vez, de un fotógrafo de la Corte, Anthony Armstrong Jones, que, en octubre de 1959, se convirtió en su marido y por consiguiente, adquirió al instante el título de Lord Snowdon. Años más tarde la "princesa bohemia" fue fotografiada en la isla caribeña de Mustique con su nuevo acompañante, el cantante Roddy Llewellyn, 17 años más joven que ella, estando aún casada con Lord Snowdon. Pero no fue el único músico con el que la princesa desahogó sus penas durante su matrimonio. En 1966, seis años después de su boda con Lord Snowdon, inició un romance con el pianista Robin Douglas Home, quien terminó suicidándose después de que ella lo abandonara. Al pianista le siguieron los actores Peter Sellers y Warren Beatty, el fotógrafo Patrick Lichfield y el vocalista y líder de los Rolling Stones Mick Jagger. Por su parte Lord Snowdon también distaba mucho de ser un marido ejemplar, ya que fueron públicas sus infidelidades aún estando casado con ella. El maltrecho matrimonio por fin se divorció en 1978. La princesa Margarita también mantuvo una relación tempestuosa con el gánster londinense y luego actor John Bindon, quien dijo de ella que era "sexualmente insaciable" y quien le dio una puntuación de 9 sobre 10 en técnicas amatorias en la cama y 15 sobre 10 en entusiasmo. Margarita, la princesa rebelde y fumadora empedernida, aficionada a las fiestas, al whisky escocés y a los artistas, murió en 2002 a la edad de 71 años tras una larga enfermedad pulmonar mientras dormía, en el hospital Rey Eduardo VII.