La primera vez que Bruce Dickinson contrajo matrimonio lo hizo con una fogosa rubia llamada Jane. Se casaron en 1983 y aunque fueron felices durante un tiempo, el matrimonio se divorciaría cuatro años más tarde. Los motivos principales del divorcio fueron las infidelidades de Jane, las cuales nunca habrían salido a la luz de no haber sido por Nikki Sixx, quien narró con pelos y señales en la famosa autobiografía de Mötley Crüe, The Dirt. Confessions of the World's Most Notorious Rock Band, un esporádico encuentro sexual que tuvo con la Sra. Dickinson:
“La noche que llegamos a Inglaterra, estaba acostado en la cama de nuestro hotel a las fueras de Nottingham cuando oí unos golpes en la ventana del baño. No les hice caso, asumiendo que debía ser sólo cosa de mi imaginación. Pero eran persistentes. Finalmente, me levanté a echar un vistazo y descubrí a una rubia preciosa de largas piernas, de pie sobre la cornisa, en el exterior. Abrí la ventana y me miró de arriba a abajo. ‘¿Te importa si entro?’, preguntó casual y educada, como si fuera el vicario de la localidad que viniera a tomar el té de las cinco. Delicadamente, pasó al interior del baño y preguntó: ‘¿Te importaría si me bajo las bragas?’. No, adelante’, respondí desconcertado. Aunque intentaba parecer indiferente, nunca había estado más excitado en mi vida. ‘¡Esto es la hostia!’, pensé para mí. Estoy en Inglaterra, cuna de todos mis grupos favoritos, The Sweet, Slade, Bowie, Queen, los Sex Pistols, y entra una chica por la ventana del baño, como en la canción de los Beatles. Me senté en el inodoro y ella se sentó encima de mí, y poniendo una mano en el toallero y agarrándome del pelo con la otra, me folló hasta que terminó. A continuación se levantó, se subió las bragas y me dedicó una pequeña reverencia. ‘Muchas gracias. Ha sido un honor’, me dijo con un acento exquisito. Luego se sentó en el alféizar, descolgó las piernas hasta la cornisa y se marchó”. Unos días más tarde, Nikki Sixx descubría la identidad de aquella misteriosa señorita en el momento en el que Bruce Dickinson quiso conocerlo después de un concierto. “Ellos entraron en el camerino. Mi corazón me dio un vuelco y las pelotas se me encogieron al tamaño de los puñitos de Malcolm Young. Ahí estaba ella, la chica que se había colado por mi ventana la noche anterior. Y yo no sabía si era la esposa de Bruce, su amiga, mánager o su asistente personal o qué”.
Cuando Bruce Dickinson por fin fue consciente de las aventuras nocturnas de su mujer, quiso matar a Nikki Sixx con sus espadas de esgrima y lo retó en varias ocasiones a un duelo. Pero al bajista le entró miedo y huyó lo más lejos que pudo del cantante de Iron Maiden. Tras el divorcio, Dickinson contrajo nuevas nupcias en 1990 con Paddy Dickinson, otra hermosa rubia con la que aún continúa felizmente casado y con la que ha tenido tres hijos: Austin, Griffin y Michelle Kia.
“La noche que llegamos a Inglaterra, estaba acostado en la cama de nuestro hotel a las fueras de Nottingham cuando oí unos golpes en la ventana del baño. No les hice caso, asumiendo que debía ser sólo cosa de mi imaginación. Pero eran persistentes. Finalmente, me levanté a echar un vistazo y descubrí a una rubia preciosa de largas piernas, de pie sobre la cornisa, en el exterior. Abrí la ventana y me miró de arriba a abajo. ‘¿Te importa si entro?’, preguntó casual y educada, como si fuera el vicario de la localidad que viniera a tomar el té de las cinco. Delicadamente, pasó al interior del baño y preguntó: ‘¿Te importaría si me bajo las bragas?’. No, adelante’, respondí desconcertado. Aunque intentaba parecer indiferente, nunca había estado más excitado en mi vida. ‘¡Esto es la hostia!’, pensé para mí. Estoy en Inglaterra, cuna de todos mis grupos favoritos, The Sweet, Slade, Bowie, Queen, los Sex Pistols, y entra una chica por la ventana del baño, como en la canción de los Beatles. Me senté en el inodoro y ella se sentó encima de mí, y poniendo una mano en el toallero y agarrándome del pelo con la otra, me folló hasta que terminó. A continuación se levantó, se subió las bragas y me dedicó una pequeña reverencia. ‘Muchas gracias. Ha sido un honor’, me dijo con un acento exquisito. Luego se sentó en el alféizar, descolgó las piernas hasta la cornisa y se marchó”. Unos días más tarde, Nikki Sixx descubría la identidad de aquella misteriosa señorita en el momento en el que Bruce Dickinson quiso conocerlo después de un concierto. “Ellos entraron en el camerino. Mi corazón me dio un vuelco y las pelotas se me encogieron al tamaño de los puñitos de Malcolm Young. Ahí estaba ella, la chica que se había colado por mi ventana la noche anterior. Y yo no sabía si era la esposa de Bruce, su amiga, mánager o su asistente personal o qué”.
Cuando Bruce Dickinson por fin fue consciente de las aventuras nocturnas de su mujer, quiso matar a Nikki Sixx con sus espadas de esgrima y lo retó en varias ocasiones a un duelo. Pero al bajista le entró miedo y huyó lo más lejos que pudo del cantante de Iron Maiden. Tras el divorcio, Dickinson contrajo nuevas nupcias en 1990 con Paddy Dickinson, otra hermosa rubia con la que aún continúa felizmente casado y con la que ha tenido tres hijos: Austin, Griffin y Michelle Kia.
Fuente: The Dirt. Confessions of the World's Most Notorious Rock Band, de Mötley Crüe