Estando el cantante de Led Zeppelin tomando una copa en un bar de Camden Town, en Londres, a alguien se le ocurrió poner a Radiohead en el Jukebox. Sorprendido, Robert Plant se quejó: "¿Qué es esta basura?". Ante el comentario, el dueño del bar ordenó a uno de sus empleados que eligiera otra música que pudiera gustar al cantante de Led Zeppelin. Pero la alternativa fue aún peor: Red Hot Chili Peppers. Obviamente, requirieron su opinión y la respuesta fue contundente: "¡Parecen canciones de guardería!". Entonces le preguntaron qué quería escuchar y contestó: "Me gustaría escuchar a Captain Beefheart". Y su petición fue atendida de inmediato.