La extraña mirada de David Bowie, con un ojo aparentemente de diferente color, era debido a que con once años se metió en una pelea por una chica. Durante la trifulca, su rival, un chaval llamado George Underwood, le pegó un puñetazo tan fuerte que le provocó una grave herida en el ojo izquierdo. Los médicos lograron salvar el ojo herido del pequeño Bowie, pero la pupila le quedó permanentemente paralizada y dilatada, por lo que a partir de entonces sus ojos parecían de distinto color, aunque en realidad sólo se trataba de un efecto óptico, ya que los dos eran del mismo color: azul.