El 3 de julio de 1971, Jim Morrison, cantante de Los Doors, fue encontrado muerto en la bañera de su apartamento en París. Fue su novia, Pamela Susan Courson, la última persona que lo vio con vida y la primera que lo vio muerto aquella mañana. Cuando se levantó y vio al cantante inconsciente en la bañera, llamó a los bomberos, pero estos no pudieron hacer nada por él: aparentemente, había muerto por un paro cardiaco. Cinco días más tarde, Jim Morrison sería enterrado en un barato ataúd de pino en el cementerio de Père Lachaise, en París. En la actualidad, la tumba de Jim Morrison sigue siendo lugar de culto para muchos y de profanación para otros, incluso algunos dudan si verdaderamente está enterrado allí, ya que muchos creen firmemente que Jim Morrison no murió aquel día y que sólo fingió su muerte para emprender una nueva vida alejado de la industria musical.
El edificio donde murió Jim Morrison