La residencia favorita de Freddie Mercury era la mansión Garden Lodge, en Kensington. Le costó 500.000 libras en efectivo y, aunque años más tarde le ofrecieron un millón de libras por ella, nunca quiso venderla. Cuenta con ocho habitaciones, cuatro cuartos de baño de mármol (uno de ellos decorado totalmente en mármol negro y oro), un jacuzzi, una gran galería, escaleras de caoba y un impresionante jardín japonés. El dormitorio de Freddie era la habitación más especial de la casa. Por encima de la cama había un sistema de iluminación controlada desde una consola, que podía crear diferentes efectos, como el amanecer, atardecer, una puesta de sol, etc. En una ocasión se gastó una fortuna en carpas koi para llenar el estanque de su precioso jardín japonés. La remodelación de la casa duró años y se convirtió en un santuario para Freddie hasta el final de su vida, el 24 de noviembre de 1991.
Garden Lodge