En 1968, en una entrevista a la revista Rolling Stone, Pete Townshend explicó por qué empezó a destrozar guitarras en los conciertos: "Comenzó por casualidad. En una ocasión, haciendo una pausa en un club donde actuábamos todos los martes, yo estaba en el escenario tocando la guitarra y se me rompió. Para mí fue casi un shock pues no lo esperaba, no estaba preparado, no tenía ningún deseo de que ocurriese pero ocurrió. Entonces seguí rompiendo la guitarra como si fuese una gran cosa, corría despedazándola por todo el escenario, y los pedazos saltaban por todas partes, después tomé la guitarra de reserva y continúe destruyéndola, como si realmente fuera eso lo que quería hacer". Aquel gesto fue considerado como una de las imágenes más espectaculares de la historia del rock y pronto empezaron a aparecer imitadores. Entre ellos cabe destacar a otro gran guitarrista: Jimi Hendrix. Cuando Jimi Hendrix empezó a romper sus guitarras, Townshend se enfadó con él por considerar que se había apropiado de su performance. Siendo así, y para dejar mal a Jimi, Pete consiguió que su grupo tocara antes que él en el Festival de Monterrey en 1967. Más tarde, detrás del escenario, cuando Jimi iniciaba su set, Pete reía y comentaba: "Quiero ver lo que va a hacer ahora". Al final, cuando la guitarra de Jimi Hendrix ardió en llamas, Keith Moon se puso hecho una furia y gritó a Pete: "¡Serás idiota! ¿Por qué no pensaste en hacer eso tú antes?". Jimi Hendrix había superado al grupo inglés, tocando las cuerdas de la guitarra con los dientes y después, sacrificándola en un ritual de fuego. Tras esa gran humillación, Pete y Keith Moon se desquitaron en el Festival Woodstock 69' haciendo el peor destrozo conocido hasta entonces, incluyendo batería, amplificadores y pedestales de micrófonos, en lo que se recuerda como una de las mayores orgía de rock, rabia juvenil y adrenalina.