La portada del álbum Virgin Killer, del grupo de heavy metal alemán Scorpions, escandalizó al mundo en el año 1977 porque mostraba a una niña desnuda y, como era de esperar, el disco fue censurado en muchos países. Finalmente la imagen fue remplazada por una donde aparecían los miembros de la banda. Klaus Meine, vocalista de Scorpions, reconoció que se sintió conmovido cuando vio el original de la portada del álbum y se justificó diciendo que fue una estrategia de marketing, una idea de la compañía discográfica con la intención de provocar controversia siguiendo la máxima: "cualquier publicidad es buena publicidad". Y parece que funcionó, el nombre del grupo Scorpions estuvo en boca de millones de personas debido a la obscena portada.