Ellas, el reposo del guerrero, inspiración de las más bellas canciones, juguetes rotos, envidiadas, admiradas, e incluso odiadas, fueron las diosas del amor a cuyos pies cayeron rendidos los más deseados. Pero el tiempo, cruel, pasa inexorablemente para todos, y aquellas musas que en su día complacieron, veneraron y amaron a los más idolatrados, hoy muestran en sus rostros los extragos del tiempo. Ancianas ya y retiradas de los excesos del vanal mundo de la farándula, las que siguen vivas se conforman con rememorar lo que un día fueron, ellas, las groupies.
















