Según informó el periódico News Of The World en el año 2008, las cenizas del fallecido cantante de Nirvana, Kurt Cobain, cuya localización había sido mantenida en secreto hasta ese momento, fueron sustraídas de la mansión en Los Ángeles de su viuda, Courtney Love. Las cenizas, que se encontraban dentro de un osito de peluche de color rosa, fueron robadas junto con algunas joyas, dinero y ropa. Parte de las cenizas de Kurt Cobain habían sido esparcidas en las proximidades de su casa en Washington, y otras en un templo budista de Nueva York, mientras el resto había sido guardado por su viuda. El robo abrió una vieja herida en el corazón de Courtney Love, la viuda del cantante, quien llegó pensar en suicidarse si no se las devolvían cuanto antes: "No puedo creer que alguien haya podido llevarse las cenizas de Kurt lejos de mí. Era todo lo que tengo de mi marido. Solía llevármelas a todos lados para así poder sentir que Kurt seguía conmigo. Ahora tengo la sensación de haber vuelto a perderle. Me quiero matar ahora mismo. Si no las encuentro pronto no sé qué haré".