Aquella fatídica noche del 11 de diciembre de 1964, Sam Cooke visitó a su amigo Lou Rawls y cuando entró en su casa se dirigió a ver a su bebé. Debajo de la cuna siempre estaba una perra pastor alemán, llamada Deena, custodiando al niño y cuando Sam entró en la habitación, la perra se marchó y el bebé empezó a llorar. Luego salió del dormitorio y le dijo a Lou que le acompañase porque tenía una cita esa noche con unos locutores de la emisora local KDAY, pero él decidió quedarse porque el bebé no paraba de llorar. Nunca más volvería a ver con vida a Sam Cooke: aquella misma noche fue tiroteado en un motel de la ciudad por la dueña del mismo. Al parecer Sam se había dirigido allí con una chica de origen asiático, Elisa Boyer, con la que discutió en la habitación. La chica salió corriendo llevándose la ropa de Sam y éste medio desnudo entró en la recepción donde Bertha Franklin le disparó tres veces al asustarse por la forma violenta que tuvo de entrar en su despacho. Las últimas palabras de Sam fueron "lady, you shot me" y quedó sentado en el suelo apoyado en la pared. De esta forma absurda desapareció uno de los grandes talentos de la música del siglo XX.
Su funeral fue digno de un jefe de Estado. Su entierro en Los Ángeles provocó oleadas de histeria, la comunidad negra no aceptó la versión oficial y los rumores de conspiración perduran hoy día. Más de doscientas mil personas le dieron su último adiós y en su funeral Ray Charles cantó en su honor el "Angels keep watching over me". Lou Rawls cuenta que en una ocasión su abuela le dijo que "los animales y los bebés pueden ver a la muerte", cuando Sam entró en aquella habitación la perra huyó y el bebé lloró desconsoladamente. Lou hoy todavía se pregunta si Sam Cooke seguiría vivo si aquella noche le hubiese acompañado. La recepcionista fue exculpada por homicidio justificado, ya que se alegó un intento de violación a Elisa Boyer y defensa propia. Su muerte fue muy sospechosa, Sam era muy conocido por su defensa de los derechos de las personas de color, y entre sus mas íntimos amigos se encontraban Malcoln X y Muhammad Ali. Además, en los USA de principios de los 60 no estaba bien visto un "negro millonario" y protestón.
Su funeral fue digno de un jefe de Estado. Su entierro en Los Ángeles provocó oleadas de histeria, la comunidad negra no aceptó la versión oficial y los rumores de conspiración perduran hoy día. Más de doscientas mil personas le dieron su último adiós y en su funeral Ray Charles cantó en su honor el "Angels keep watching over me". Lou Rawls cuenta que en una ocasión su abuela le dijo que "los animales y los bebés pueden ver a la muerte", cuando Sam entró en aquella habitación la perra huyó y el bebé lloró desconsoladamente. Lou hoy todavía se pregunta si Sam Cooke seguiría vivo si aquella noche le hubiese acompañado. La recepcionista fue exculpada por homicidio justificado, ya que se alegó un intento de violación a Elisa Boyer y defensa propia. Su muerte fue muy sospechosa, Sam era muy conocido por su defensa de los derechos de las personas de color, y entre sus mas íntimos amigos se encontraban Malcoln X y Muhammad Ali. Además, en los USA de principios de los 60 no estaba bien visto un "negro millonario" y protestón.