Nick Drake fue un famoso cantautor inglés que vivió atormentado por culpa de su baja autoestima hasta tal punto que cada vez que tocaba sus canciones, lo hacía sentado en un taburete mirando sus zapatos, nunca a la audiencia. Tocar delante del público era para él una experiencia muy dolorosa y traumática, así que al final, simplemente, renunció a tocar en lugares públicos, pero esta situación unida al poco éxito de sus discos hizo que se hundiera en la depresión y que se aislara del mundo. Nick solía sentarse durante horas en una silla, moviendo nerviosamente las manos sobre sus rodillas mientras miraba fijamente por la ventana u observaba el brillo de sus zapatos. Su amigo Paul Wheeler recordaba: "Estaba muy distante. Se fue alejando, y alejando, y alejando, hasta que simplemente desapareció". El propio Nick se auto ingresó en un hospital psiquiátrico local durante cinco semanas y después volvió a casa de sus padres donde falleció por una sobredosis de Amitriptilina, un tipo de antidepresivo que le había sido recetado para combatir su enfermedad, con sólo 26 años de edad. En la investigación que tuvo lugar durante el mes siguiente, el juez de instrucción afirmó que la causa de la muerte fue un envenenamiento agudo causado por el antidepresivo, y concluyó que había sido un suicidio. El 2 de diciembre de 1974, tras una ceremonia en la Iglesia de Santa María Magdalena de Tanworth-in-Arden, Drake fue incinerado en el Crematorio de Solihull y sus cenizas fueron enterradas posteriormente bajo un roble en el cementerio contiguo a esa iglesia.