Elvis Presley siempre tuvo gran pasión por los coches y las pistolas. El primer coche que tuvo era un Lincon Cupé de 1941. Cuando comenzó a ganar dinero le compró a su madre Gladys un reluciente Cadillac rosa, a pesar de que ella no sabía conducir. Fue el único Cadillac, de los más de 100 que compró, que mantuvo a lo largo de su vida y se lo prometió a Lisa Marie para su 18 cumpleaños. Lo primero en que se fijaba de un coche era el diseño y no le importaba lo que costase, ni de que marca fuese, aunque tenía predilección por los coches americanos. Le gustaban los sobre todo los Cadillacs, los Lincons, y también algún Chrysler. Compró unos cuántos automóviles extranjeros, como Rolls-Royce, un Mercedes Benz, dos BMW y un Ferrari, pero la mayoría de sus coches fueron americanos. En ese sentido era muy patriota. Elvis era famoso por comprar varios coches de una vez, y cuando los vendedores le veían entrar en los concesionarios se arremolinaban alrededor suyo como locos. Nunca pidió un descuento, ni siquiera preguntaba el precio. Se limitaba a decir: "Ok, me llevaré ese coche". Y no solo se compraba varios coches para él mismo, sino que además frecuentemente compraba coches que regalaba a familiares, amigos e incluso a desconocidos. En una ocasión regaló a una extraña una limusina igual que la suya después de oírla exclamar a su paso: “Oh, Dios mío ¡qué hermoso automóvil!”.
Fuente: Elvis Autralia.com