El cantante David Cassidy, ídolo de millones de adolescentes en los años 70 gracias a la serie de televisión "The Partridge Show", reveló en su autobiografía cómo fue su infancia y cómo fueron aquellos años en los que el abuso de drogas y las relaciones sexuales irresponsables eran algo habitual en su vida: "Comencé a fumar a los 13 años cuando un hombre mucho más mayor que yo me enseñó cómo hacerlo, y tuve mi primer grupo a los 15. En los siguientes años probé casi todo tipo de drogas: LSD, cocaína, heroína, mescalina, speed, THC, barbitúricos... A los 16, 17 años solía estar borracho de dos a tres días seguidos. Ahora que tengo mis propios hijos me estremezco al pensar en lo que hice, pero en aquellos días quería vivir al límite. Una noche, un amigo y yo irrumpimos en el hospital local y robamos un gran tanque de metal de óxido nitroso, un gas hilarante. Nos duró una semana, luego volvimos al hospital, dejamos el tanque vacío en la sala de donde lo habíamos sacado y nos llevamos otro para hacer una fiesta. Llegué a la pubertad en una edad precoz, alrededor de los 11 ó 12 años, y como a la mayoría de los adolescentes se despertó en mí un increíble apetito por el sexo. Sexo, sexo glorioso. Era todo en lo que podía pensar. Tal vez debido a mi apariencia física, siempre fui de baja estatura, delicado y con una voz suave y amable, algunas personas tenían asumido que era homosexual, pero no estaban en lo cierto. De hecho, fui increíblemente activo con las mujeres. Perdí mi virginidad a los 13, aunque mi primera experiencia sexual fue a los 9 años con una amiga de mi hermana mayor. Sucedió con una chica que vivía en la misma calle que un amigo mío y era un año o dos más mayor que nosotros. Una noche, mis amigos y yo fuimos a verla. Estábamos espiándola desde encima de su garaje y le pedimos que se quitara la ropa, y ella lo hizo. Una semana más tarde fui a verla yo solo y fue la primera vez que tuve relaciones sexuales. Una vez que empecé a tener sexo, también comencé a tener una nueva novia cada mes o dos.
Pensé: 'Bueno, si todos los padres se divorcian, ¿por qué no lo voy a hacer yo?'. En aquel entonces, para los adolescentes, las salas de cine eran como los prostíbulos ya que era el único lugar en donde podíamos alejarnos de nuestros padres y tener relaciones sexuales. Pero harto de no tener intimidad un día le dije a mi madre: 'Me gustaría traer a mis amigas a casa. ¿Te importaría que subieran a mi habitación?'. 'OK, pero no quiero que tengas relaciones sexuales dentro de casa', dijo ella. 'Oh, yo nunca haré eso', le aseguré. Cinco minutos más tarde mi nueva novia y yo estábamos practicando sexo en mi dormitorio, y estoy seguro de que mi madre sabía perfectamente lo que estaba pasando allí dentro. Por aquel entonces no tenía mucho tiempo para estudiar y ya me habían echado de dos escuelas por saltarme las clases. Aunque a mi padrastro le gustaba fantasear con que algún día iría a la universidad, yo sabía que esa no era mi dirección. Quería ser un artista como mi padre. Con la ayuda de su agente, Ruth Aarons, aterricé en algunas series de televisión como Marcus Welby, MD y Bonanza. Al principio actuaba muy mal pero pronto fui mejorando. A mediados de 1970, yo era sólo una de las mil caras más que salían en la pequeña pantalla pero estaba orgulloso, y tenía la esperanza de que mi padre también se enorgulleciera por el hecho de que me estaba convirtiendo, al igual que él, en un actor de trabajo fiable. Como quería ser actor dramático no me interesó demasiado cuando Ruth Aarons me sugirió que debía presentarme a una prueba para una nueva comedia llamada 'The Partridge Family'. Parecía aburrido, pero como en la serie iba a poder cantar y tocar la guitarra Ruth insistió en que sería una gran oportunidad para convertirme en una gran estrella. Al final me presenté al casting y me aceptaron con cierta reticencia. Si alguien me hubiera dicho que poco tiempo después sería mundialmente famoso y que mi foto saldría en la parte trasera de las cajas de arroz inflado 'Rice Krispie', les hubiera dicho que estaban locos.
Pero casi lo arruino todo, antes incluso de que pasase, por mi afición a las drogas. Un día, antes de que el primer show fuera emitido, me fui con algunos amigos en mi Mustang de 1968 a las montañas que se encuentran por encima de Malibú. Uno de los chicos llevó algunos botones de peyote, un alucinógeno que proviene de un cactus, y lo bebimos mezclado con unos batidos. Terminamos en el desierto caminando desnudos con fuertes alucinaciones. En mi alucinación yo creí ser un águila y por mi boca comenzaron a salir frases como: 'Soaring Eagle ve tal y cual' o 'Soaring Eagle quire volar'. Mi sistema nervioso estaba por todas partes, fue como si realmente me hubiera convertido en un animal salvaje y hubiera entrado en contacto directo con la naturaleza. Me sentí realmente bien. Al final terminamos acostados sobre unas rocas, observando el inmenso cielo azul. Fue entonces cuando oímos un torbellino de sonido amplificado y una fuerte voz por encima de nosotros. 'Regresen a la carretera', ordenó una voz. 'Somos los sheriffs'. Un minuto antes estábamos en el paraíso y ahora aquello parecía Apocalypse Now. Algo confusos regresamos hasta nuestro coche para encontrarnos con que la policía lo había registrado todo. Uno de ellos dijo: 'Sabemos que han fumado peyote, lo vemos en sus ojos'. Yo estaba temblando. En lo único en lo que podía pensar es que toda mi carrera estaba a punto de desmoronarse si nos detenían por posesión de drogas. Sin lugar a dudas me echarían fuera de un espectáculo tan sano como 'The Partridge Family'. Afortunadamente la policía no encontró nada más fuerte que un par de aspirinas y algunas vitaminas. Al final se fueron pero nos multaron por estacionamiento ilegal". Tras el éxito de la serie, David Cassidy logró vender más de 25 millones de copias de sus discos por todo el mundo, que le valieron 18 discos de Oro y algunos de Platino, y sin duda una vida llena de singulares anécdotas que narra sin tapujos en su autobiografía llamada "C'mon, Get Happy: Fear and Loathing on the Partridge Family Bus".
Pensé: 'Bueno, si todos los padres se divorcian, ¿por qué no lo voy a hacer yo?'. En aquel entonces, para los adolescentes, las salas de cine eran como los prostíbulos ya que era el único lugar en donde podíamos alejarnos de nuestros padres y tener relaciones sexuales. Pero harto de no tener intimidad un día le dije a mi madre: 'Me gustaría traer a mis amigas a casa. ¿Te importaría que subieran a mi habitación?'. 'OK, pero no quiero que tengas relaciones sexuales dentro de casa', dijo ella. 'Oh, yo nunca haré eso', le aseguré. Cinco minutos más tarde mi nueva novia y yo estábamos practicando sexo en mi dormitorio, y estoy seguro de que mi madre sabía perfectamente lo que estaba pasando allí dentro. Por aquel entonces no tenía mucho tiempo para estudiar y ya me habían echado de dos escuelas por saltarme las clases. Aunque a mi padrastro le gustaba fantasear con que algún día iría a la universidad, yo sabía que esa no era mi dirección. Quería ser un artista como mi padre. Con la ayuda de su agente, Ruth Aarons, aterricé en algunas series de televisión como Marcus Welby, MD y Bonanza. Al principio actuaba muy mal pero pronto fui mejorando. A mediados de 1970, yo era sólo una de las mil caras más que salían en la pequeña pantalla pero estaba orgulloso, y tenía la esperanza de que mi padre también se enorgulleciera por el hecho de que me estaba convirtiendo, al igual que él, en un actor de trabajo fiable. Como quería ser actor dramático no me interesó demasiado cuando Ruth Aarons me sugirió que debía presentarme a una prueba para una nueva comedia llamada 'The Partridge Family'. Parecía aburrido, pero como en la serie iba a poder cantar y tocar la guitarra Ruth insistió en que sería una gran oportunidad para convertirme en una gran estrella. Al final me presenté al casting y me aceptaron con cierta reticencia. Si alguien me hubiera dicho que poco tiempo después sería mundialmente famoso y que mi foto saldría en la parte trasera de las cajas de arroz inflado 'Rice Krispie', les hubiera dicho que estaban locos.
Pero casi lo arruino todo, antes incluso de que pasase, por mi afición a las drogas. Un día, antes de que el primer show fuera emitido, me fui con algunos amigos en mi Mustang de 1968 a las montañas que se encuentran por encima de Malibú. Uno de los chicos llevó algunos botones de peyote, un alucinógeno que proviene de un cactus, y lo bebimos mezclado con unos batidos. Terminamos en el desierto caminando desnudos con fuertes alucinaciones. En mi alucinación yo creí ser un águila y por mi boca comenzaron a salir frases como: 'Soaring Eagle ve tal y cual' o 'Soaring Eagle quire volar'. Mi sistema nervioso estaba por todas partes, fue como si realmente me hubiera convertido en un animal salvaje y hubiera entrado en contacto directo con la naturaleza. Me sentí realmente bien. Al final terminamos acostados sobre unas rocas, observando el inmenso cielo azul. Fue entonces cuando oímos un torbellino de sonido amplificado y una fuerte voz por encima de nosotros. 'Regresen a la carretera', ordenó una voz. 'Somos los sheriffs'. Un minuto antes estábamos en el paraíso y ahora aquello parecía Apocalypse Now. Algo confusos regresamos hasta nuestro coche para encontrarnos con que la policía lo había registrado todo. Uno de ellos dijo: 'Sabemos que han fumado peyote, lo vemos en sus ojos'. Yo estaba temblando. En lo único en lo que podía pensar es que toda mi carrera estaba a punto de desmoronarse si nos detenían por posesión de drogas. Sin lugar a dudas me echarían fuera de un espectáculo tan sano como 'The Partridge Family'. Afortunadamente la policía no encontró nada más fuerte que un par de aspirinas y algunas vitaminas. Al final se fueron pero nos multaron por estacionamiento ilegal". Tras el éxito de la serie, David Cassidy logró vender más de 25 millones de copias de sus discos por todo el mundo, que le valieron 18 discos de Oro y algunos de Platino, y sin duda una vida llena de singulares anécdotas que narra sin tapujos en su autobiografía llamada "C'mon, Get Happy: Fear and Loathing on the Partridge Family Bus".
Fuente: "C'mon, Get Happy: Fear and Loathing on the Partridge Family Bus", por David Cassidy.