En 1999, en un día frío de otoño, un despertador rompió la paz en un piso de Twickenham. Una hermosa joven morena modelo, de ojos cansados, se movía en su cama recordando que esa mañana tenía una cita para hacer frente a una cámara y besar a un extraño. Buscó en el suelo del dormitorio su ropa, se puso algo de maquillaje en los ojos y se subió en el coche que la estaba esperando. Estaba a punto de entrar a formar parte de un club exclusivo y misterioso, cuyos miembros incluyen al bebé de la portada del disco "Nevermind" de Nirvana, las glamurosas chicas del despegable de Roxy Music y el ejecutivo que arde en la portada del "Wish You Were Here" de Pink Floyd. Personajes que todos conocemos muy bien pero cuyas identidades son a menudo objeto de especulación. Muchos de ellos, a menudo, tienen sentimientos encontrados porque el rock and roll se apropió de sus identidades. Nuestra morena joven se dirigía a un campo de fútbol en Westway, al oeste de Londres. Allí, delante de la fotógrafa Scarlet Page, la hija de Jimmy Page, besaría a un joven modelo para la portada del álbum "Performance and Cocktails", del grupo Stereophonics. La imagen se hizo muy familiar para millones de personas cuando el álbum encabezó las listas de éxitos y apareció en miles de carteles por toda Gran Bretaña. La escena que se muestra en la fotografía se quedó grabada en la retina de millones de personas por una razón muy peculiar: si bien los labios de la pareja están claramente juntos, las manos de la mujer están a los costados y sus ojos revelan una profunda indiferencia. El nombre de la mujer no se supo hasta algunos años después, cuando el periodista británico Tony Barrell hizo una gran investigación en el año 2007 para encontrar a la joven modelo de la foto. El 11 de Noviembre de 2007, el Sunday Times contó la historia de esta fotografía y reveló la identidad, previamente desconocida, de la modelo como: Lucy Joplin, de 23 años de edad. En una entrevista con Barrell, Joplin explicó que la "mirada distante" de sus ojos fue el resultado de la absenta y el opio que había consumido la noche anterior con su novio, y que apenas le pagaron 75 £ en efectivo por posar para la fotografía. De esta forma todo el mundo conoció la identidad de esta joven. Sin embargo, aún sigue siendo un misterio la identidad de muchas otras personas cuyos rostros se han hecho mundialmente famosos por aparecer en algunos de los discos más importantes de la historia del rock.
Fuente: The Sunday Times