El famoso fotógrafo Bob Gruen, que acompañó a los Sex Pistols durante la gira americana de 1978, fue testigo de varios incidentes protagonizados por el siempre salvaje Sid Vicious. Así recordaba el fotógrafo uno de ellos: "Tuvimos un largo viaje desde Dallas a Tulsa a través de una carretera con cinco centímetros de hielo y nieve. En algún momento de la noche llegamos a una gasolinera donde había un restaurante. Entré con Sid y nos sentamos en la barra. Antes de que yo pudiera darme cuenta Sid había iniciado una conversación con un vaquero y su familia, quienes lo invitaron a sentarse con ellos. Sid cogió su plato con los huevos fritos que había pedido y se sentó en su mesa. Cuando aquel vaquero se enteró de que el joven que había invitado a su mesa era nada menos que Sid Vicious, decidió comprobar si era cierto todo lo que se decía de él retándolo. Cogió el cigarrillo que estaba fumando, lo apagó en la palma de su mano y a continuación le preguntó si era capaz de superar aquello. Entonces Sid cogió el cuchillo con el que estaba comiendo y se hizo un profundo corte en una mano. La sangre comenzó a chorrear encima de su plato y él, sin inmutarse, continuó comiendo aquellos huevos mezclados con su propia sangre, como si de salsa de tomate se tratara. Entonces, el vaquero, horrorizado, cogió a su familia y salió corriendo del restaurante".