Dice Graciela Mora, de 76 años de edad, que lleva el rock en la sangre y que, aunque no sabe inglés, canta todas las canciones de Metallica a su manera. Esta abuela chilena además hace los "cuernos" como nadie y acude a todos los conciertos de rock que puede. El primero fue uno de Roger Waters y desde entonces no ha parado. Cuando Graciela va a un concierto levanta casi tanta admiración como los propios músicos. El público la aclama, arropa y protege con mimo para que no sufra ningún empujón o salga dañada por el ímpetu de la multitud. Su película preferida es "Escuela de Rock" y, aunque por su edad ya no puede hacer excesos, confiesa que le encantaría hacer stage diving como Jack Black, el protagonista de la película. Sin embargo, su afición por el heavy metal le ha traído más de un disgusto. Su hija, que vive en Argentina y profesa la religión de los Testigos de Jehová, le ha prohibido volver a ver a sus nietos e incluso dejó de ayudarla económicamente porque se avergüenza de ella: "Cuando iba a Argentina traía mis cositas y un poquito de recursos. Pero no entiendo por qué me pasa esto. Allí me conocen todos y mis nietos me preguntan si les puedo llevar algún disco de rock. Yo les digo que es mi lado oscuro. Tengo seis nietos y los adoro y me da mucha pena saber que nunca más los voy a ver", confesó esta entrañable abuela. Pero a pesar del rechazo de su hija, Gabriela Mora se ha convertido en todo un ídolo de la comunidad metalera, que ya la ve como la digna sucesora de Mª Ángeles, la abuela rockera española.
Fuente: El Comercio