El oficio de músico visto desde fuera resulta muy atractivo, pero aunque no lo parezca tiene sus riesgos e inconvenientes, sobre todo si se trata de músicos capaces de dar lo mejor de sí sobre el escenario. Algunos, incluso, después de haber sufrido un accidente, como una caída, un golpe fortuito o el ataque de un fan histérico, continúan con su trabajo a pesar de haber resultado heridos o maltrechos, como Brendon Urie. El cantante del grupo Panic! At The Disco demostró en el año 2011 que además de ser un gran cantante es un gran profesional cuando en un mal movimiento se rompió el tobillo encima del escenario. En vez de suspender el concierto, se descalzó y enseñó a la audiencia el lamentable estado de su pie. Luego, le restó importancia al asunto y siguió con la actuación cojeando. Una vez finalizado el espectáculo tuvo que ser escayolado.
