A mediados del 2013, Rob Halford abandonó el grupo Judas Priest sin anunciarlo en los medios de comunicación y se instaló discretamente en Swadlincote, un pequeño pueblo situado en el condado de Derbyshire, Reino Unido, para dedicarse en cuerpo y alma al cultivo de calabacines gigantes. Según contó el propio Halford en diciembre de ese mismo año al diario independiente Freedom News, harto de las interminables promociones, de las giras y de vestir pesados abrigos de cuero y tachuelas que le han provocado más de un problema en la columna vertebral, tomó esta drástica decisión mientras disfrutaba de un delicioso té helado en la granja ecológica de su viejo amigo Ian Sfringer. Impresionado por el tamaño y la calidad de los productos de su huerta, se juró a sí mismo que en cuanto finiquitara algunos compromisos ineludibles en la industria musical, emprendería esta nueva aventura alejado de los focos y rodeado de verduras y hortalizas. Aventura que, por otro lado, ya ha empezado a dar sus frutos: unos enormes calabacines XXL que serán donados a la reciente ONG fundada por el guitarrista Dave Mustaine, Rock Stars Homeless, creada para ayudar a viejas leyendas del rock arruinadas y sin techo.