A finales de la década de los 70, Gene Simmons contrató al lutier Steve Carr para convertir su instrumento en un “arma de matar” y el resultado fue un impresionante bajo con la forma de las antiguas hachas utilizadas por los verdugos ingleses. A principios de los 80, gracias a la Kramer Guitar Company de New Jersey, empresa encargada de hacer realidad el diseño del lutier, por fin Gene Simmons pudo "aterrorizar" a los fans de KISS con su primer bajo-hacha, el cual se convertiría en muy poco tiempo en uno de los instrumentos más famosos y emblemáticos de la historia del rock. Para celebrarlo, poco tiempo después, sólo 1.000 bajos-hacha, firmados a mano por el propio Simmons, fueron puestos a la venta por 800 dólares cada uno, convirtiéndose de inmediato en un tesoro muy apreciado por los coleccionistas. Desde entonces el diseño ha cambiado con el paso del tiempo y en la actualidad el instrumento es fabricado por otra empresa, pero sigue siendo el objeto más deseado por los fans de KISS. En España uno de los primeros en hacerse con este trofeo fue Juan Luis Serrano, ex bajista del grupo Obús, quien no dudo en exhibirlo sobre los escenarios españoles en los 80, cada vez que tuvo ocasión.