Algunos fans rinden tributos a sus artistas favoritos de formas muy peculiares, como, por ejemplo, poniendo sus nombres a sus hijos. Michael y Karolina Tomaro, dos jóvenes heavies suecos, así lo decidieron y hoy en día son padres de una preciosa niña llamada Metallica. También hay un deportista brasileño que responde al nombre de Rolling Stones, porque su padre, fan de esta legendaria banda, pensó que sería una buena idea llamarlo como el grupo que lidera Mick Jagger. Pero tal vez el caso más curioso sea el de George F. Blackburn, un hombre de Missouri, que tras divorciarse de su mujer, comenzó una nueva vida bajo el nombre de Led Zeppelin II, su álbum favorito de todos los tiempos. Y no tuvo ningún problema a la hora de hacerlo, simplemente el trámite consistió en cubrir un formulario, pagar 200 dólares y poner un pequeño anuncio en un periódico de su ciudad anunciando el cambio de nombre. Por desgracia, este singular hombre falleció el 12 de mayo de 2012, por un ataque al corazón, a la edad de 64 años.