En el año 2013, un hombre de 54 años de edad sin seguro médico, llamado Phillip Michael Schaeffer, se hizo pasar por David Gilmour para recibir un caro tratamiento médico en un hospital de los Estados Unidos. Una vez curado, este personaje dejó detrás de sí varios autógrafos firmados y una cuenta de 100.000 dólares, afirmando que en unos días su agente saldaría la deuda, algo que, por otro lado, no ocurrió y que hizo sospechar a los empleados del hospital. Así que tras una discusión sobre si era o no era David Gilmour, decidieron comparar una imagen suya cogida de las cámaras de seguridad con una foto del cantante y guitarrista de Pink Floyd, y descubrieron el engaño. Unos meses después, cuando regresó al mismo hospital para una revisión asegurando otra vez que era David Gilmour, fue arrestado y posteriormente llevado a la cárcel acusado de fraude.