A lo largo de su vida, Keith Richards ha visto morir a muchos de sus amigos por culpa de las drogas, pero para él la peor experiencia relacionada con este tema fue la que le ocurrió durante una gira por Suiza, en 1970, cuando alguien puso veneno para ratas en su droga. Así lo contaba él mismo, en el 2007: “Estaba comatoso, pero totalmente despierto. Podía escuchar a todos diciendo '¡Está muerto! ¡Está muerto!', mientras agitaban las manos y me empujaban. Yo pensaba '¡No estoy muerto!', pero no me podía mover, ni hablar. Salí de eso, quiero decir, de lo contrario no estaría hablando contigo. Pero sí, la mala mierda es mala mierda”.
Fuente: NME