En los 70, cuando los Black Sabbath vivían en una fiesta continua, Ozzy Osbourne se convirtió en un zombie con apagones que duraban horas, como consecuencia de su adicción a las drogas. Así lo contaba él mismo en su autobiografía I'm Ozzy: "No lo creí cuando dijeron que tenía apagones. Miraba mi reloj y decía las cuatro en punto. Luego miraba nuevamente y decía las nueve y treinta. Olvidaba por completo dónde había estado o lo que había hecho en esos periodos de tiempo. Pero entonces no piensas en eso antes de comenzar a beber. Mi mayor temor era despertarme en una celda y ver a una anciana diciendo a un oficial de policía: 'Sí, ese es el tipo que atropelló a mi marido' o 'Ese es el tipo que golpeó a mi hijo en la cabeza'. Y luego sucedió. Un día me desperté en una pequeña celda con mierda humana en las paredes, y pensé '¿Qué diablos he hecho ahora?'. No tenía ni una puta idea y el lugar era aterrador. Entonces un oficial de policía leyó mi hoja de antecedentes penales, que decía: 'Sr. John Michael Osbourne, ha sido acusado de intento de asesinato de Sharon Osbourne'". Ozzy había intentado asesinar a su mujer y lo había olvidado completamente.