La canción “Sex & Drugs & Rock 'n' Roll” de Ian Dury se convirtió en 1977 en todo un himno de una generación y en un eslogan que desde entonces ha sido utilizado hasta la saciedad como representación de la vida llena de excesos de los músicos de rock, aunque él nunca pretendió que así fuera. Dury, quien tuvo una infancia marcada por la poliomielitis, la discapacidad y el acoso escolar, y una vida atormentada por las secuelas físicas y psicológicas de esa enfermedad, y por el alcohol, fue un hombre con un carácter volátil y problemático, siempre en busca de gresca, cuya estrella se apagó el 27 de marzo de 2000, a los 57 años, por un cáncer de hígado que apaciguó su carácter los últimos años de su vida. Sus restos mortales fueron incinerados en el Golders Green Crematorium de Londres, donde también fueron incinerados otros grandes, como Marc Bolan y Keith Moon.