El 6 de abril de 1998, Wendy Orlean Williams, tras dos intentos de suicidio, se quitó la vida. La primera vez lo intentó clavándose un cuchillo en el pecho. La segunda vez tomó una sobredosis de efedrina, pero fue en su tercer intento cuando por fin consiguió abandonar el mundo de los vivos. Williams murió de un tiro en la cabeza a la edad de 48 años. Rod Swenson, su mánager, encontró su cuerpo en un bosque cerca de su hogar y una nota de suicidio que decía: "El acto de quitarme la vida no es algo que haya decidido hacer a la ligera. No creo que nadie se quite la vida sin antes haberlo reflexionado profundamente durante un largo periodo de tiempo. De todas formas, creo firmemente que el derecho de poder hacerlo es uno de los derechos fundamentales que alguien debe tener en una sociedad libre. Pienso que la mayoría de lo que hace el mundo no tiene ningún sentido, pero el sentimiento con respecto a lo que estoy haciendo suena alto y claro en el interior de mi oído, en un lugar donde no hay nadie, solo calma. Amor para siempre, Wendy". Sus restos mortales fueron incinerados, en la actualidad se desconoce en dónde se encuentran sus cenizas.