
El legendario James Brown falleció el 25 de diciembre de 2006 por culpa de una neumonía, aunque no pudo descansar en paz. Su cuerpo fue embalsamado y trasladado a su casa de Beech Island, a la espera de que su familia llegara a un acuerdo sobre la herencia. Y allí estuvo, durante tres largos meses, vigilado por un empleado de la familia, al que encargaron que abriera periódicamente el ataúd para comprobar que su cuerpo continuaba en el interior. Finalmente, pasado ese tiempo, la última mujer del cantante llegó a un acuerdo con los hijos del finado y el cuerpo sin vida de James Brown por fin fue enterrado en Beech Island, en Carolina del Sur (EEUU).