El 26 de abril de 1999, Adrian Borland, cantante, guitarrista y principal compositor del desaparecido grupo punk británico The Sound, se suicidó arrojándose a las vías de la estación de Wimbledon. Murió en el acto arrollado por un tren. Tenía 41 años y se encontraba en medio de la grabación de su último disco Harmony & Destruction. Esa fue la versión de la prensa británica y probablemente la verdad, pero según su familia y amigos, aquello no fue un verdadero suicidio. Adrian, únicamente fue víctima de su propia enfermedad mental: el trastorno esquizoafectivo. El trastorno esquizoafectivo sumía a Adrian en temporadas de intensa depresión, durante las cuales también oía voces. En más de una ocasión intentó quitarse la vida. En una de ellas, incluso, tuvo que ser ingresado en un sanatorio psiquiátrico, un desagradable trago que, según contaba después el propio Adrian, no estaba dispuesto a volver a pasar. Según su madre, Win Borland, los días anteriores a su muerte sufrió un brote muy agudo. Si bien, habitualmente, no era un enfermo demasiado difícil y estaba arropado por sus padres, con los que vivía, esa última vez se negó a tomar la fuerte medicación que tenía prescrita para esas crisis. Le atontaba en exceso, decía él, y quería terminar su disco con las ideas totalmente claras. Pero, aunque la grabación estaba muy avanzada, no pudo verlo acabado: la enfermedad y el miedo atroz a ser ingresado de nuevo, terminaron antes con su vida.