En el año 2004, David Bowie sufrió un accidente laboral durante uno de sus conciertos. Las 7.000 personas que llenaban el recinto al aire libre del concierto estrella del festival Norwegian Wood, en Oslo, vieron cómo después de haber interpretado su tercer tema, "Battle", Bowie se giraba de repente de espaldas al público y se dirigía vacilando a la salida del escenario. Una piruleta de caramelo, lanzada con fuerza por un espectador, se le había clavado entre el párpado del ojo izquierdo. Dicen que su paso era vacilante, pero que poca gente se dio cuenta de lo que pasaba hasta que David Bowie volvió sobre sus pasos y con la piruleta todavía incrustada en el párpado, cogió de nuevo el micrófono para maldecir a su agresor y explicar que la visión del ojo izquierdo la tenía muy disminuida desde una pelea de niño. "Sólo tengo un ojo sano, imbécil. Afortunadamente, diste en el adecuado, sólo lo has hecho más decorativo de lo que era. ¿Dónde estás? Es fácil desaparecer en la multitud, maldito idiota. Te encontraré, cabrón", bramó. El público reaccionó con insistentes silbidos contra el anónimo provocador del incidente. Después de ser atendido de la herida y visiblemente furioso, Bowie, se empeñó en ridiculizar al agresivo espectador. "Guárdate tu excitación para ti. Esto sólo significa una cosa, pequeño cerdo, que alargaré el concierto, y que ahora tocaré una canción de los Pixies en vez de la prevista. Es tu castigo. Te lo has merecido, cabrón". A continuación, arrojó una de las púas de su guitarra a la multitud, y preguntó si le había impactado en el ojo a alguien. "Oh, tal vez me tenga que esconder entre la banda", dijo. Después de todo esto continuó con lo que fue calificado como una de las actuaciones más extrañas de su fructífera trayectoria, interpretó 27 canciones y actuó por más de dos horas y 20 minutos. Los periódicos noruegos sostuvieron que una mujer fue la responsable del incidente. Aunque no publicaron su nombre, reconoció que todo fue un lamentable accidente.
Fuente: Today Music