James Hetfield ha sufrido numerosos accidentes durante las presentaciones en vivo de su grupo Metallica y fuera de ellas. En 1987, durante un período de descanso del grupo, James se cayó en una piscina vacía. Como consecuencia del accidente, se partió un brazo y tardó tres meses en recuperarse. En 1994 sufrió otro accidente mientras estaba cazando y le tuvieron que poner 40 puntos en la cabeza y tuvo que cortarse su larga melena a la fuerza. Pero quizá el accidente más conocido fue aquel que sufrió en 1992 durante un concierto en el Estadio Olímpico de Montreal. Hetfield sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en el brazo izquierdo y en la cara, provocadas por la pirotecnia que habían instalado en el escenario. Cuando se recuperó del accidente, Hetfield decidió tatuar el brazo afectado por la quemadura, para disimular las cicatrices, con un dibujo de cuatro naipes en llamas que representan el año de su nacimiento: 1963.