Bill Evans fue uno de los más famosos e influyentes pianistas de jazz de EEUU del siglo XX. Desgraciadamente Evans se hundió en el hábito de la heroína a finales de los años 50 cuando entró a formar parte del grupo Miles Davis Sextet. Estaba casado, y su esposa Ellaine también era adicta. Evans habitualmente trataba de pedir dinero prestado a sus amigos todos los días, les llamaba insistentemente por teléfono desde una cabina en la calle ya que su teléfono había sido desconectado. Muchos se enfadaban con él porque sólo los llamaba para pedir dinero. Un día, cuando Lees, uno de sus amigos, le dijo que él ni siquiera tenía suficiente para sí mismo, ni para poder comer, Evans le llamó desde la cabina de nuevo una hora más tarde para decirle que había conseguido suficiente dinero para comer los dos. En 1970 su esposa Ellaine se suicidó y como resultado volvió a la heroína la cual había logrado dejar por un tiempo. En la última década de su vida logró alejarse de la heroína gracias a un programa de metadona, pero en 1980 comenzó a consumir cocaína, la droga de moda que él creía "segura". Al final del verano de ese año, Bill pidió a su batería Joe LaBarbera que lo llevara al hospital ya que tenía unos terribles dolores estomacales y de allí, nunca más salió. El 15 de septiembre de 1980 falleció debido a una insuficiencia hepática unida a una hemorragia interna y a una neumonía provocadas por su adicción a las drogas, tenía cincuenta y un años y llevaba más de veinte entre la élite de su instrumento. Sus restos mortales se encuentran enterrados junto a los de su querido hermano Harry, en el cementerio Roselawn Cemetery, Baton Rouge, Louisiana.