Townes Van Zandt comenzó a tocar la guitarra a los 15 años. Su adolescencia transcurrió entre rebeliones y huidas de casa, así como varios ingresos en hospitales psiquiátricos para tratar sus problemas maniaco depresivos. En el inicio de los sesenta se fue a Houston para dedicarse a la música y al fracasar en su propósito se vio obligado a dormir en escenarios de conciertos vacíos y alimentarse con comida para perros. Intentó incluso alistarse en las Fuerzas Aéreas, no siendo admitido debido a su historial psiquiátrico. En 1968 grabó en Nashville su primer disco, For The Sake of The Song, que reunía crudas historias de barra de bar con sombrías canciones. La depresión, el fatalismo y la muerte eran sus temas preferidos, una buena letra suya debía contener soledad, alcohol, música y una extrema inhumanidad para llegar a entender lo que siente el ser humano en las situaciones limites. Se convirtió en un ser errante, cuyo objetivo era reflejar su forma de vida en sus canciones escritas en habitaciones de motel, compartiendo sus ganancias y el alcohol con vagabundos. En un viaje a Memphis para hacer unas grabaciones, a consecuencia de una caída, se fracturó la cadera, teniendo que ser intervenido. Al ser dado de alta regresó a su casa en Smyrna, y murió el 1 de enero de 1997 debido a un ataque al corazón mientras dormía, probablemente provocado por un coágulo de sangre desprendido durante la operación. Los restos mortales de Townes Van Zandt se encuentran enterrados en el cementerio Dido Cemetery, Dido, Texas. En la actualidad es recordado como un gran compositor que dejó un legado de grandes canciones que sirvieron de inspiración para muchos otros músicos.