La mayoría de los artistas han sufrido a lo largo de sus carreras algún momento desagradable, vergonzoso, bizarro e incluso peligroso encima del escenario que ha quedado grabado en sus mentes para siempre. Joe Elliott, cantante del grupo Def Leppard no iba a ser menos. Para Elliott el momento más embarazoso, en el que pasó una vergüenza extrema según sus propias palabras, sucedió en el verano de 1979 cuando iba a ofrecer un concierto con su grupo en el mítico Club Lafayette en Wolverhampton, Inglaterra. Se trataba de un concierto muy importante, ya que aquella noche eran los teloneros de los australianos AC/DC y además Cliff Bernstein, su futuro mánager que en aquel tiempo trabajaba para la Mercury Records, había ido exclusivamente para ver su actuación. Todo parecía perfecto, pero entonces, justo cuando estaban a punto de subir al escenario, los ajustados pantalones de imitación a cuero negro de Joe Elliott se rajaron por la parte posterior dejando su peludo trasero al descubierto. Horrorizado porque acababa de romper su último par de pantalones, el cantante se llevó las manos a la cabeza. El grupo no podía permitir dejar escapar aquella magnífica oportunidad, así que Elliott recurrió a un método casero: con cinta aislante de color negro sujetó las dos partes del pantalón y subió al escenario dispuesto a darlo todo. Aquella noche Joe Elliott cantó como nunca, aunque no le quedó más remedio que estar mirando hacia adelante durante todo el concierto y mantenerse más quieto de lo normal por temor a que su trasero pudiera asomarse desafiante a ver el mundo, en cualquier momento.
