Durante la gira Night Of The Living Dead Tour de 1982, Sharon Osbourne contrató a un enano actor conocido en el gremio musical como Little John con la intención de dar dramatismo a la nueva puesta en escena de su alocado marido. Aunque el verdadero nombre del enano era John Edward Allen, Sharon lo rebautizó con el nombre de Ronnie para burlarse de Ronnie James Dio, el cantante que sustituyó a Ozzy al frente de Black Sabbath. En sus buenos tiempos, John Edward había trabajado en películas de categoría al lado de grandes actores, como Harrison Ford y Rutger Hauer, pero ahora su labor consistía en sufrir todo tipo de humillaciones por parte del Príncipe de las Tinieblas, corretear por el escenario vestido de monje, lanzar vísceras y sangre al público, para terminar al final de la noche supuestamente ahorcado delante de la audiencia. En una ocasión lanzó un hígado que aún no se había descongelado y la multitud se lo devolvió, con tan mala suerte que cayó fulminado cuando le golpeó en el cráneo. Todo aquello terminó pasando factura al pequeño John, quien para aguantar el ritmo de la gira y las pesadas bromas de las que era objeto cada día empezó a beber y terminó siendo alcohólico. Desde entonces la botella fue su mejor amiga, una compañera fiel que lo llevó a la tumba en octubre de 1999.