En los 90, Dave Navarro fue invitado a una fiesta en la lujosa Mansión Playboy, un sueño hecho realidad que terminó con el guitarrista baneado de por vida de este emblemático lugar. Navarro, que llegó en una enorme limusina acompañado del bajista Twiggy Ramirez, entró con tres conejitas en la habitación de las orgías con la intención de pasar un buen rato, pero terminó redecorando las paredes con su sangre. Así lo cuenta en su autobiografía: "La Mansión siempre ha sido de alguna manera sagrada para mí, pero empecé a sentirme raro. Toda mi vida me había preguntado cómo sería y allí estaba yo, con 30 chorros de mi sangre en las paredes y con 3 chicas desnudas a mis pies. Cuando me di cuenta de lo que había hecho, intenté limpiarlo pero ya era demasiado tarde. Tenían todo el asunto grabado en vídeo. Cuando salimos de la habitación, varios guardias de seguridad me escoltaron fuera de la Mansión y me pidieron que no volviera jamás. Me pregunto qué habrán hecho con el vídeo". Sin embargo, esta no ha sido la única vez que a Dave Navarro le ha entrado la “vena” artística con su sangre. En otra ocasión, intentó dejar alucinado a Marilyn Manson de la misma manera: "Cuando me ponía drogas intravenosas, solía rociar el espejo del cuarto de baño de Marilyn Manson con la sangre de mi jeringa. Entonces, él, asustado, enviaba a su asistente, ataviado con guantes de goma, a limpiarlo. Tras finalizar, entraba otra vez y lo hacía de nuevo. Pensé que era divertido para poder flipar a Marilyn Manson".
Fuente: Don't Try This at Home: A Year in the Life of Dave Navarro, por Dave Navarro y Neil Strauss