En los años 70, los miembros del grupo Fleetwood Mac se hicieron adictos a la cocaína, adicción que perduró en el tiempo durante muchos años. Mick Fleetwood, batería y líder de la banda, aseguró en su autobiografía que tomó un octavo de onza de cocaína cada día durante 20 años, lo que equivale a más de 11 kilómetros de droga, si se coloca en una fina línea lista para ser esnifada. La droga era comprada a granel y todos, tanto los miembros del grupo como los ingenieros de sonido, tenían su dosis cada noche. El ritual para repartir la droga comenzaba en el momento en el que Mick avisaba de que la droga estaba lista silbando una determinada melodía que fue cambiando con los años. Entonces, como si estuvieran en trance, todos se colocaban en fila para obtener su ración diaria de polvo blanco.