En 1962 un joven inglés llamado Brian Jones publicó un anuncio en una revista musical solicitando músicos que quisieran formar un grupo de rhythm & blues. El primero en contestar fue Ian Stewart, un corpulento teclista escocés de prominente mandíbula. Poco después se unirían otros dos jóvenes muy talentosos, Mick Jagger y Keith Richards, y unos meses más tarde el grupo se completaría con Bill Wyman y Charlie Watts. En ese momento nació uno de los grupos más importantes e influyentes de la historia del rock: Los Rolling Stones. Un año más tarde, Andrew Loog Oldham, el mánager del grupo, despidió a Ian Stewart por su aspecto físico, puesto que no daba buena imagen en las fotografías ni en el escenario. A partir de entonces dejó de ser un Rolling Stone y pasó a estar en la sombra convirtiéndose en un road manager más del grupo, que además de colocar la batería de Charlie Watts en el escenario y de transportar los instrumentos, tocaba el piano para ellos en las grabaciones de estudio y en algunos conciertos. Y así lo hizo hasta que enfermó a principios de diciembre de 1985. Poco después, un fulminante infarto acabaría con su vida en la sala de espera de un hospital. Ian Stewart, el sexto Stone, tenía sólo 47 años de edad cuando falleció.