En 1956 Julia Elizabeth Stanley, la madre de John Lennon, compró por correo una guitarra acústica que le costó 5 libras y 10 chelines para su hijo, quien por aquel entonces vivía con su tía Mary Elizabeth Stanley. A Mary, llamada cariñosamente Mimi en el entorno familiar, no le gustaba nada que el pequeño Lennon dedicara gran parte de su tiempo a tocar la guitarra en vez de a estudiar, por eso de vez en cuando le recriminaba: “La guitarra está bien como hobby, pero nunca te ganarás la vida con ella”. Cuando por fin se hizo famoso con Los Beatles, Lennon le hizo un regalo muy especial a su querida tía: una placa de bronce grabada con el consejo que tanto le repitió en la adolescencia. En la actualidad, la primera guitarra de Jonh Lennon pertenece a un coleccionista privado de Nueva York y de vez en cuando es exhibida en algún museo dedicado a Los Beatles.