En 1993, Todd Miller, un joven de Iowa, fue arrollado por la multitud cuando el grupo Metallica comenzó a tocar en el estadio de su universidad. Miller, que se encontraba en las primeras filas acomodado en una silla plegable en una zona reservada, se levantó como pudo pero inmediatamente la multitud lo elevó por los aires para pasearlo en volandas en contra de su voluntad, lo que popularmente se conoce como body surfing, hasta que lo dejaron caer. En la caída, se golpeó la cabeza y como consecuencia del golpe perdió el sentido del olfato. Poco tiempo después, el joven demandaría a Metallica por negligencia y por haber perdido el control de la multitud, argumentando que eran los responsables directos de su anosmia (pérdida de olfato), al permitir una práctica tan peligrosa como el body surfing en sus conciertos. Finalmente, Todd Miller llegó a un acuerdo fuera de los tribunales con la banda y aunque no recuperó el olfato, su cuenta corriente se engrosó considerablemente.
Fuente: MTV