El 4 julio de 2011, un joven de 18 años de Liverpool fue arrestado por cometer varios robos en un barrio de Birkenhead, Inglaterra, y condenado a dos años de prisión. Esto no tendría nada de especial si no fuera porque el joven se llamaba George John Paul Ringo Hughes, es decir, fue bautizado con el nombre de los cuatro ciudadanos más ilustres de Liverpool: George (Harrison), John (Lennon), Paul (McCartney) y Ringo (Starr). Y es que sus padres quisieron homenajear a su grupo favorito de esta singular forma, pero, a pesar de llevar sus nombres, el joven no heredó el talento ni la fortuna de Los Beatles y terminó viviendo en la calle y delinquiendo para poder subsistir.