El 23 de diciembre de 1999, una mujer llamada Cristin Keleher, de 27 años, fue condenada a 4 meses de prisión por entrar en la casa de Hawái de George Harrison, armada con un cuchillo, y prepararse una pizza congelada en su cocina. Tras almorzar tranquilamente y beberse una cerveza, como no había nadie en la propiedad de George Harrison, Cristin llamó por teléfono a su madre y a continuación se puso a lavar su ropa, momento en el que la policía irrumpió en la casa, alertada por una alarma silenciosa. Ocho años más tarde esta mujer sería encontrada muerta en el interior de un coche. Según la investigación policial, su pareja, después de asesinarla, colocó su cuerpo en el automóvil, se acurrucó a su lado y se pegó un tiro en la cabeza.