Si hay un músico capaz de hacer sombra a los Mötley Crüe a la hora de hacer barbaridades, ese es sin duda Ozzy Osbourne. Los propios Mötley Crüe llegaron a asombrarse con sus excentricidades, sobre todo cuando había restos orgánicos humanos de por medio. Y es que, además de esnifar hormigas, orinar sobre el icono de la independencia de Texas vestido de mujer, decapitar palomas y murciélagos con los dientes, en una ocasión, por una apuesta con el bajista de Mötley Crüe, Ozzy lamió su propia orina y la de Nikki Sixx. Y en otra, sorprendió al batería Tommy Lee con un regalo muy especial: defecó en el suelo de su habitación y, en señal de amistad, usó sus excrementos para pintarle con las manos un emotivo mural en la pared.