En el aeropuerto de Gloucestershire, Inglaterra, descubrieron por casualidad, en 1999, una forma muy eficaz para deshacerse de los pájaros que ocupan las pistas de aterrizaje y ponen en peligro a los aviones, gracias a un bombero que se le ocurrió hacer más llevadero su trabajo con un poco de música. A través del sistema de megafonía hizo sonar un CD de Tina Turner, su cantante favorita, y aquello fue mano de santo. En cuanto escucharon la inconfundible voz de la reina del rock, las aves huyeron despavoridas. "Los pájaros realmente odian a Tina Turner”, diría más tarde Ron Johnson, el aguerrido bombero, cuando la prensa se hizo eco de su hazaña.