En junio de 1972, para promocionar un concierto de Alice Cooper en el Wembley Arena de Londres, el fotógrafo Richard Avedon tomó una única instantánea del cantante desnudo en el suelo, acompañado de una boa constrictor que oportunamente le tapaba los genitales, y después la montó en el lateral de un camión que se paseó por las calles de Londres. La suerte quiso que oportunamente el camión se averiara en la intersección de Piccadilly Circus, una de las calles más transitadas de Londres, provocando un gran atasco que duró varias horas. Al día siguiente, todos los periódicos se hicieron eco del incidente y acompañaron la noticia con una fotografía del camión tuneado con la sugerente imagen de seis metros de alto de Alice Cooper y su mascota, lo que dio al cantante una gran publicidad inesperada, gracias a la cual lograría vender todas las entradas.