Cuando Black Sabbath llegó a los Estados Unidos de gira en la década de los 70, los miembros del grupo vivieron una de sus etapas más locas con las groupies, a pesar de que todos sentían pavor por las enfermedades de transmisión sexual. Pero pudo más el desenfreno que el miedo y Tony Iommi terminó cogiendo una bastante seria. Así lo cuenta el propio Ozzy Osbourne, en su autobiografía: "Cuando llegó el momento de regresar a Inglaterra, estábamos aterrados de llevar a casa una ETS de una de las groupies y pegársela a nuestra otra mitad. Recuerdo una vez, durante una noche particularmente salvaje en un hotel en algún lugar, que Tony salió corriendo de su habitación diciendo, '¡Aargh! ¡Mi polla! ¡Mi polla!'. Le pregunté qué le pasaba, y él me dijo que había estado jugando con una groupie y al bajar la vista, vio que le salía un montón de pus amarillo. Pensó que estaba a punto de morir. '¿El pus huele raro?' Le pregunté. 'Sí', dijo, completamente pálido. 'Casi vomité'".
Fuente: I'm Ozzy