Un buen día, allá por los 90, Duff McKagan, bajista de Guns N’ Roses, pensó que beber dos litros de vodka al día no era bueno para su salud. Así que cambió el vodka por vino tinto, creyendo que, al tener menos graduación, esta bebida alcohólica no sería tan mala para su cuerpo. El problema fue que a partir de entonces rutinariamente empezó a beber 10 botellas de vino tinto al día. No pasaría mucho tiempo para que McKagan se diera cuenta de que el cambio no era tan bueno como él había pensado, ya que en 1994 su páncreas estalló. Los médicos le dijeron que, si bebía otro trago de alcohol más, irremediablemente moriría. Sin embargo, esto no fue lo que le llevó a dejar de beber. Tomó esta decisión cuando su anciana madre, enferma de Parkinson, fue a visitarlo al hospital y empezó a llorar desconsoladamente, al ver a su hijo rodeado de tubos y enchufado a varias máquinas.