En 1982, Bernie Rhodes, el mánager de Los Clash, pidió a Joe Strummer que desapareciera durante una temporada para que los medios publicitaran gratis al grupo hablando de su extraña desaparición. Siguiendo sus instrucciones, Strummer, se dejó crecer la barba y se fue a París con su novia, Gaby Salter, durante tres semanas. Allí se dedicó a visitar museos y lugares emblemáticos en el más absoluto anonimato. Incluso corrió la maratón de París sin que nadie lo reconociera. Sin embargo, esa no era la primera vez en la que Joe Strummer participaba en una maratón ni tampoco sería la última. En 1981 ya había corrido la maratón de Londres, que terminó en 4 horas y 13 minutos. En 1983 repetiría la experiencia, logrando en esta última ocasión hacer el recorrido en 3 horas y 20 minutos.